Artículos de Larra

Mariano José de Larra

VUELVA USTED MAÑANA 

«Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza; nosotros, que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de este pecado…»

 

El autor y la obra

Mariano José de Larra en Madrid nació en Madrid en 1809. Veintiocho años después Larra ponía fin a su vida en su domicilio de la calle de Santa Clara, disparándose un tiro en la sien. Un rato antes del suicidio acababa de recibir la visita de su amante Dolores Armijo, acompañada de su cuñada. Dolores Armijo, una mujer casada, le devolvió a Larra unas cartas y le comunicó que ella volvía al redil de su marido… En ocho años –de los 19 a los 27 años– Larra escribió 200 artículos que la inmensa mayoría de los escritores no lograrían escribir ni en 12 reencarnaciones. Los mejores artículos de Larra son inmortales porque tuvo la profundidad y la claridad mental de los mejores filósofos –por ejemplo, de Schopenhauer, con quien también comparte furia satírica– y, en el registro de lengua de su prosa, se apuntó a la sapientísima lengua coloquial de Cervantes. La lengua de la prosa de Larra nunca nos distrae con efectismos de fuegos artificiales. (Ramón Irigoyen, El País, 20 de junio de 2009)

Larra fue un crítico de la sociedad española, que le mató por ello, más allá del anecdotario sentimental. A una España desgarrada que vivía entre dos épocas, Larra respondió con textos desgarrados. Textos escritos con una envoltura romántica, pero con un fondo de racionalidad y de realismo positivo más allá de la desesperación. Escritos con un genio extranjerizante –el de la comparación–, pero con un casticismo profundo, un estilo irónico y brillante, una ilustración de citas solemnes, una cultura humanística seria y con una claridad suficiente como para ser comprendido por todos… leyendo hoy a Larra se advierte que ciertas verdades son inmutables, que ciertos vicios, o corruptelas, o políticos de soberbia infinita, siguen viviendo. Y que Larra es también para ahora. Su figura emblemática traspasa sus guerras civiles y las de sus sucesores, trasciende el romanticismo y sobrevive al grupo de anécdotas, vestidos o vocabulario que forman lo que tratamos de llamar una época. (El País, 13 de febrero de 1987)

 

Artículos de Larra

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1. Vuelva usted mañana

2. ¿Quién es el público y dónde se encuentra? (21’37)

3. En este país (38’42)